Lo primero que encontramos al acercarnos a Muro es la Ermita de San Antonio, su emblemática y nítida silueta recibe al viajero. Es de pequeñas y armónicas proporciones. Tan solo unos pocos escalones nos introducen en un pórtico de sencillas arcadas que dan paso a un recinto de planta rectangular con 4 capillas a ambos lados que hacen de contrafuerte con los arcos de la nave central, y en ellas están representados los santos en cerámica valenciana enmarcados con una cenefa. El altar mayor lo presiden las imágenes de San Antonio Abad y San Antonio de Padua.
Hoy en día la ermita esta abierta al culto, se celebra misa vespertina los días festivos de verano y los martes por la tarde es visitada por muchos devotos.